L. 11312524.- JESÚS LORENTE MARTINENA, es el menor de los nueve hijos del matrimonio de Marino Lorente Gambarte y Claudia Martinena Flamarique. Nació en Tafalla, en 1899.
Las relaciones entre la familia Lorente y la familia Martinena son múltiples. Baste aquí señalar que Marino Lorente es hermano de Camerina Lorente, esposa de Esteban Martinena Lus, al que también dedicamos una página.
Jesús Lorente Martinena llegó a ser alcalde de Tafalla durante el primer periodo de la segunda república. Parece que hereda su predisposición para con la política de su padre Marino que había sido concejal del Ayuntamiento en dos ocasiones. Marino era librepensador y un hombre con evidente inquietud social. En 1883, con solo 26 años de edad, participa en la Junta que aprueba el reglamento de la sociedad «Casino Español», en la que actúa como secretario. En 1888, representa al Casino Mercantil Agrícola. En Julio de 1895 es concejal por vez primera, siendo alcalde Valentín San Juan. Frecuenta la tertulia de librepensadores y en Enero de 1901 reciben la visita de Basilio Lacort, polémico y excomulgado director de «La Nueva Navarra» y del clausurado «El Porvenir Navarro». Todos cenan juntos en la fonda de Nicolás Martinena «Mediaoreja» y lo despiden acompañándolo a la estación. Resulta hoy inconcebible, o simplemente patético, que el párroco de Santa María, Ricardo Jiménez, arremetiera contra los comensales durante la siguiente homilía e incluso se atreviera a recomendar que no se comprara el pan en la panadería que regentaba Marino. El 14 de septiembre de 1901 vuelve a ser elegido concejal; en esta ocasión el alcalde era Eugenio Pérez de Ciriza. Marino muere repentinamente en 1904, con solo 47 años, acudiendo a su entierro la corporación municipal y la banda de música, de la que es director su cuñado Esteban Martinena Lus.
Jesús Lorente contaba cuatro años cuando fallece su padre. Su madre, Claudia, continúa con la panadería: debe sacar adelante a sus hijos. Inicialmente era Jesús el que tenía que seguir con el negocio pero como no le gustaba el oficio, su madre lo manda a Marcilla, a casa de un pariente, para que aprenda el oficio de guarnicionero-tapicero. Corría el año 1912 y Jesús tenía trece años. Cuatro más tarde, su hermano Sebastián se lo llevo a trabajar a Logroño, en la empresa Gasteiz Hermanos, de la que Sebastián era apoderado. Toda la familia se traslada a la capital riojana.
A los 24 años, fallecido Sebastián, regresa a Tafalla y se establece por su cuenta con un negocio de maquinaria agrícola.
En 1928 se casa con su prima TERESA MARTINENA PIQUÉ, nacida en Tafalla en el año 1902 e hija de Canuto Nicolás y Juana. Tienen 7 hijos:
L. 113125241.- Marina Lorente Martinena (1928),
L. 113125242.- Mª Teresa Lorente Martinena (1930-1933),
L. 113125243.- Juan Carlos Lorente Martinena (1933),
L. 113125244.- María Paz Lorente Martinena (1936),
L. 113125245.- Rosa Mª Lorente Martinena (1938),
L. 113125246.- Mª Gloria Lorente Martinena (1940)
L. 113125247.- Blanca Esther Lorente Martinena (1944).
ANECDOTARIO
AVIONES EN TAFALLA:
A primeros de octubre de 1929 varios aviones de una escuadrilla de aparatos Hispano-Suiza aterrizan y despegan del aeródromo del Raso del Plano, muy próximo a la ciudad. Los pilotos invitan a algunos vecinos a subir y ver su ciudad desde las alturas. Pocos se atreven aunque muchos son lo curiosos que se acercan. Ya se comenta la posibilidad de ampliar sus instalaciones. Jesús Lorente, Julio Martinena Piqué y Ricardo Martinena Garcés, acompañados del hijo de este último Javier Martinena Flamarique son de los que se acercan a curiosear. ¿Qué nuevas empresas estaría pensado Jesús para su ciudad?
ELECCIONES
El 3 de mayo de 1930 se constituye oficialmente el Centro Republicano. Lo hace «para procurar la propaganda de las ideas republicanas«. Utilizan como sede inicial la casa de Teodoro Galarza, en el número tres de la Plaza de Cortés. En su junta directiva está Jesús Lorente, en compañía de Esteban Pérez, José Cabezudo, Julián Bustillo,…
Transcurre el año 1931. La monarquía agoniza tras su decidido apoyo a la dictadura de Primo de Rivera. El gobierno del general Berenguer, que sucede al anterior, se ve obligado a dimitir el 14 de febrero dado el aislamiento gubernamental. Hay convocadas elecciones municipales para el 12 de Abril. El sufragio tiene connotaciones de plebiscito contra la monarquía. Los monárquicos ganan en número de concejales, pero en la mayoría de las capitales ganan los republicanos. Entre las excepciones: Pamplona y Vitoria. En Tafalla, por escaso margen, gana la candidatura de derechas. De entre la coalición de Republicanos-Socialistas, Jesús Lorente Martinena y Pedro Martinena Inchauspe son los más votados. Republicanos-Socialistas y Nacionalistas impugnan las elecciones: homilías coactivas, compra de votos, influencia de terratenientes y caseros,… Las alegaciones son admitidas y se ordena la repetición de las elecciones.
El rey Alfonso XIII decide voluntariamente irse de España sin abdicar. El día 14 de Abril se proclama la II Republica Española.
El 31 de Mayo se repiten las elecciones en Tafalla. Los resultados cambian (ver tabla a la derecha)
Tras la previsible y no aceptada reclamación de las candidaturas de derechas, el 17 de junio de 1931 se procede a la elección del alcalde por parte de los concejales electos. Todo hacía esperar que fuera elegido Desiderio Ezcurra, cabeza de lista de la coalición vencedora. Sin embargo, la primera votación registra un empate entre Desiderio y Jesús, que se deshace en la segunda a favor de Jesús Lorente con el apoyo de dos de los concejales republicanos y los cuatro representantes de la derecha. Total siete votos contra cinco. Muy probablemente la derecha veía en Jesús un hombre de mayor moderación que Desiderio.
El 10 de Junio, el Centro republicano, dependiente del Partido Republicano Radical Socialista, – escisión del partido de Lerroux producida en 1929 -, critica duramente la actitud de los tres concejales y acuerda, por unanimidad, la expulsión de los mismos. Jesús escribe una carta al Centro Republicano donde expone sus razones y pone a su disposición el cargo de Alcalde.
Sin embargo, el Centro Republicano que preside José Cabezudo, acepta la renuncia a la alcaldía pero mantiene la expulsión, ante lo que Jesús decide no renunciar y pasarse, junto con los otros dos concejales, al partido de Lerroux, con el que siempre había simpatizado. Los concejales socialista y David Jaime de los republicanos nunca le perdonan estos apoyos al nuevo alcalde, al que llegan a calificar de traidor. No obstante, la política que sigue el consistorio es claramente de izquierdas: se nombra una comisión de investigación de la gestión de los anteriores ayuntamientos, se revoca el acuerdo por el que se nombraba al dictador Primo de Rivera hijo adoptivo de la ciudad, se hacen llamamientos para que se denuncien a los propietarios que tengan exceso de tierra en sus fincas por que se han introducido en el comunal, se acuerda la no asistencia a los actos religiosos de la corporación, se prohíben los desahucios a los campesinos arrendatarios, se obliga a los propietarios a contratar a todos los jornaleros de su respectivo termino municipal antes de recurrir a los de otras localidades, se fija los salarios mínimos en 5,50 pesetas jornada y 11 en época de siega, se crea un subsidio de ayuda para todos los obreros, se procura la mayor ocupación posible en el arreglo de caminos, limpieza, etcétera, se declara urgente la construcción del nuevo matadero,…
Nombre | Votos | Partido | Orientación |
Desiderio Ezcurra | 295 | Republicano | Izquierda |
Jesús Lorente Martinena | 295 | Republicano | Izquierda |
David Jaime | 288 | Republicano | Izquierda |
Pedro Martinena Inchauspe | 284 | Socialista | Izquierda |
Arturo Monzón | 275 | Monárquico | Derecha |
Víctor Liberal | 272 | Republicano | Izquierda |
Silviano Eguaras | 267 | Republicano | Izquierda |
Jesús Celaya | 267 | Independiente de derechas | Derecha |
Saturio García | 261 | Socialista | Izquierda |
Julio Iribarren | 255 | Republicano | Izquierda |
Cipriano Sola | 254 | Ugetista | Izquierda |
Lorenzo Narzábal | 176 | Nacionalista | Derecha |
Valeriano San Miguel | 163 | Carlista | Derecha |
Quizá estas razones son las que hacen que la eficaz gestión de Jesús Lorente se mantenga hasta 1934, momento en que presenta voluntariamente la dimisión.
Entre sus logros para Tafalla destaca la implantación del instituto de enseñanza secundaria. Se trató de un logro personal producto de una gestión ante el ministro de Instrucción Publica y correligionario, Marcelino Domingo. Un logro de escasa duración, pues el 21 de agosto de 1936 los sublevados cierran el Instituto de Tafalla y vuelven los Escolapios a ocupar sus aulas. La apuesta del alzamiento por una cultura plural se hizo evidente desde el principio.
DIMISIÓN
Estamos en los primeros meses de la II República (Abril-Octubre de 1931). Casi 150 años después de la llegada del primer Martinena a Tafalla, dos de sus descendientes forman parte del consistorio. Jesús, como alcalde de Tafalla, participa en la elaboración del estatuto vasco. Fueron tiempos muy difíciles, con una actividad municipal frenética y una alta participación ciudadana. Los plenos podían llegar ser tumultuosos y, ocasionalmente, festivos. Recomendamos al lector interesado que lea la crónica que sobre el pleno de febrero de 1932 se realiza en el Diario de Navarra del día 6 del mismo mes.
La actitud de Jesús durante el bienio negro (1933-1935) deja bien a las claras la improcedencia de quienes le consideraron un traidor a la causa republicana. Lejos de amedrentarse ante el nuevo poder central, en manos de la derecha, es uno de los abanderados del movimiento de los Ayuntamientos vascos en contra de la legislación antifueros que se quiere imponer desde el estado (estatuto del vino).
El 13 de septiembre de 1934, Jesús presenta la dimisión en solidaridad con los alcaldes de Pamplona, Estella y otros que habían acudido el anterior 2 de septiembre a la asamblea de ayuntamientos vascos en Zumarraga. Durante esa reunión se protesta por el intento de cambio del sistema impositivo del País Vasco. Fuerzas de la guardia de asalto y de la guardia civil reprimen a los cargos allí reunidos. Al día siguiente vuelven a ser golpeados al reunirse a cantar el Gernikako Arnola. Dimite «por creer que de esta forma defendían nuestro régimen foral privativo tan vulnerado en estos tiempos«. La Corporación aplaude su honrosa actitud y acepta su postura. Incluso su enemigo político más acérrimo, David Jaime, se ve en la obligación de ensalzar la posición de la alcaldía. Es el único alcalde del PRR que dimite. Admirable ejemplo de honestidad en un político que por lo demás no tenía un ideario especialmente nacionalista. A Jesús, a diferencia de los políticos actuales, la alcaldía no le reportó ningún beneficio y si muchos disgustos y sinsabores: el ejercicio de la política como auténtica vocación de servicio. Edificante en los tiempos que corren.
Como decíamos, Jesús es alcalde de Tafalla en tiempos difíciles, probablemente los más conflictivos del siglo XX. Tan difíciles como es enjuiciarlos desde la perspectiva actual aún intentando retrotraerse a la mentalidad de la época y a la convulsión de una España fragmentada socialmente y pendiente de aprobar su revalida frente a la modernidad. Lo que hoy nos parecen derechos irrenunciables, privativos de nuestra individualidad, en aquellos tiempos y en aquella tierra firmemente apegada a tradiciones ancestrales e influenciada por una iglesia católica, que aún no había sufrido su propia reconversión conciliar, se consideraban sacrílegos y merecedores de desmedidas reacciones. La necesidad de un enseñanza plural, el necesario laicismo de las instituciones públicas, la obligación de un redistribución de los bienes que permita la digna subsistencia de todos, la defensa de la idiosincrasia y cultura de los pueblos, la libertad de creencias son, entre otros muchos elementos, que hoy consideramos normales en el desarrollo de nuestra vida en común y que, sin embargo, en aquellos años fueron motivo de un enfrentamiento ascendente que evitablemente, insisto, evitablemente culminó en una sangrienta guerra fraticida.
REPRESIÓN
El 18 de julio de 1936 supone la ruptura de la recién estrenada tradición democrática española y el reinicio de un periodo de persecuciones políticas fanáticas del que también fue victima Jesús Lorente. La exposición de su caso nos permite poner en relieve la entereza y fortaleza de ánimo de su esposa, Teresa Martinena Piqué. El 20 de julio de 1936, Teresa se encuentra en avanzado estado de gestación cuando llama a su casa un «individuo» preguntando por el alcalde. Teresa se percata rápidamente de la situación y le responde evasiva que allí no vivía ningún alcalde. No miente, Jesús hace casi dos años que dejo tal puesto. Ante la insistencia del personaje lo manda al Ayuntamiento. Teresa llama por teléfono a su marido que estaba trabajando en el almacén y lo alerta. Jesús desaparece de Tafalla. Poco después el mencionado individuo vuelve pero en esta ocasión no pregunta por el alcalde sino por Jesús Lorente Martinena; quiere saber donde está. Teresa templa sus nervios y le contesta que no se encuentra en Tafalla, que es viajante y se ha ido a la provincia de Soria a vender y que no sabe cuando regresará. El individuo se vuelve a ir, pero regresa por tercera y última vez, en esta ocasión a requisar el coche. Teresa ve asomar por debajo de la chaqueta el cañón de una pistola. Le entrega las llaves y el individuo desaparece con el coche.
Poco tiempo después suena el teléfono. Era el sargento de la guardia civil quien llamaba:
– ¿Es la casa de Jesús Lorente?
– Si, pero el no está en casa, -contesta Teresa.
– Soy el sargento de la guardia civil. Ha habido un accidente grave en la carretera de Olite en el que está implicado el coche de su propiedad. Hagan el favor de ir a retirarlo pues está estorbando en el centro de la carretera.
Presten atención a la contestación de Teresa:
– Mire usted. Ese coche ya no es nuestro, pues acabamos de donarlo al Glorioso Movimiento Salvador de España. Así que hagan ustedes con él lo que crean oportuno.
Una contestación digna del propio «mediaoreja», su padre, quien cuando se entera de lo ocurrido, recogió a todos en su casa y en ella nació, el 31 de Julio, Mari Paz. En la fonda permanece toda la familia hasta que mes y medio más tarde, cuando los ánimos empiezan a serenarse, vuelve Jesús.
Jesús retoma su negocio de maquinaria agrícola al que se entrega durante los siguientes años de su vida, ajeno ya a los avatares de la política. En 1964, a solo cuatro meses de su jubilación, fallece de forma repentina.
Este resumen biográfico solo se ha podido realizar gracias a las continuas aportaciones de Juan Carlos Lorente Martinena.