TAFALLA
RAMA PROCEDENTE DE
LASA
DESCENDENCIA DE
TIMOTEO
DESCENDENCIA DE
MANUEL
DESCENDENCIA DE
FLORENCIO
NOTA: Esta página está elaborada gracias a la colaboración y
aportaciones de Isabel Domínguez Elías, biznieta de Florencio.

L. 1131144.-FLORENCIO MARTINENA OBENSA, nacido en Tafalla en 1860. Su vida
tiene un desarrollo muy paralelo al de su hermano Manuel hasta que este emigra a
Argentina. Durante algunos años vive en Santander. La foto que acompaña estas
líneas esta realizada en la capital cántabra. En ella, en un perfecto
fotomontaje para la época, aparecen dos personajes pasándose un cigarrillo para
darse fuego, cuando en realidad ambos son el mismo Florencio.
Desconocemos la fecha exacta en la
que se traslada a Bilbao, pero si sabemos que allí contrajo matrimonio, a los 31 años, en la Iglesia de San
Nicolás de Bari, el 22 de Mayo de 1891, con Rita Victoria de Diego
Arechaga, nacida en Begoña en el año 1857, hija de Vicente y Rita.
En 1893 están de nuevo en Santander,
viven cerca del puerto y regenta una tienda de artículos de lujo, desde
guantes hasta unas muñecas maravillosas que hablaban y de las que sus nietas
aún conservan alguna. Allí son testigos de la explosión del vapor "Cabo Machichaco"(ver anecdotario).
Florencio, con 69 años, continua bajando a disfrutar de la playa. Con su bastón
y su elegante porte lo vemos en una imagen de 1929, tomada en la playa de Ereaga,
en Getxo.
Florencio y Rita fueron padres de una
única hija:
L. 1131441.- RITA
MARTINENA DE DIEGO, nacida en Santander el 14 de febrero de 1891. Contrae
matrimonio con el abogado Antonio Elías Suárez, el 3 de Junio de 1912 en
la parroquia de San Vicente, en Bilbao. Antonio Baldomero Andrés nació el 12 de
febrero de 1888 en Barakaldo y era hijo de Baldomero y Manuela.
Rita
mantiene, a pesar de la distancia, una estrecha relación con su primo Ricardo y
la familia de este. Así cuando una de sus hijas tiene una pequeña afección
pulmonar la envía con sus familiares a Tafalla, donde el aire es más sano. Por
otro lado, Ricardo y familia la visitan en Bilbao.
En la
foto podemos ver a Rita en la playa con su primo Ricardo (también biografiado en
estas páginas (ver página Nicolás)) y la esposa de
este, Francisca (conocida familiarmente como tía Paca), que tiene en brazos a
Javier Elías. Rita falleció a los 52 años, en torno a 1943.
Rita y
Antonio fueron padres de 7 hijos:
L. 113114411.- MARIA MANUELA
ELÍAS MARTINENA (fallecida)
L. 113114412.-
ANTONIO ELÍAS
MARTINENA, Diplomático nacido en Bilbao el 2 de enero
de 1915. Se licenció en Derecho en la Universidad de Deusto. Ingreso en la
carrera diplomática en 1956. En ese año está de
Encargado de Negocios Culturales de España en Río de Janeiro. Ministro plenipotenciario
en la Santa Sede en 1962. Cónsul y embajador en varios países, entre
ellos EE.UU., Brasil y Canadá (1979). En 1973 es representante permanente
adjunto de España en la O.N.U. (ABC, 21 de septiembre). Director general
de Política Exterior para Europa y asuntos atlánticos, en 1976 Es autor de Factores de la belleza musical, El individuo y el derecho
internacional, Ideas estéticas de Ortega Gasset, Libertad religiosa en España,
etc. En Bilbao fue uno de los
fundadores del Grupo Cultural ALEA (1936)
junto a Blas de Otero, Jaime Delclaux, los hermanos Pablo y Antonio Bilbao
Arístegui, José Miguel de Azaola y Esteban Urkiaga “Lauaxeta”.
Recomendamos la siguiente
lectura:
http://www.zurgai.com/PDF/010-013.pdf
L. 113114413.- RITA ELÍAS MARTINENA,
nacida el 23 de febrero de 1918, en Bilbao. En 1948 viaja, dentro de la
expedición de "Coros y danzas" de la Sección Femenina de la Falange, en
el buque Monte Albertia, procedente de Vigo, llegando a la Argentina el 10 de
mayo. En la foto inferior, su paso por el Ecuador. Iban para actuar delante de
Eva Perón. Llegaron, cantaron, bailaron, regalaron a Eva Perón una colección
magnífica de trajes regionales españoles (se conservan en un museo en Buenos
Aires) y regresaron. El diseño del traje de Vizcaya lo encontró la propia Rita
en la Biblioteca de la Diputación de Bilbao. Rita tiene en la actualidad 94
años, en perfecto uso de su facultades y vive en una calle del centro de
Bilbao.(1)

L. 113114414.- MARÍA ÁNGELES
ELÍAS MARTINENA
L. 113114415.- VICENTE ELÍAS
MARTINENA. En 1969 recibió un premio por el libro "Buques de la Armada.
Crónicas y datos desde 1885 al presente", del que era coautor.(fallecido)
L. 113114416.- JAVIER ELÍAS
MARTINENA
L. 113114417.- MARIA TERESA
ELÍAS
MARTINENA, nacida en 1929


En algún momento de
su vida Florencio también tiene su inquietud genealógica. Entre los documentos
que guardan sus nietos apareció el que muestra la fotografía, en el que, de su
puño y letra, traza un esquema de las familias de sus hermanos. Este sencillo
apunte ha supuesto toda una revolución en lo que hasta el momento teníamos de la
descendencia de Manuel Martinena Ochoa.

(1) El aporte
biográfico y la fotografía han sido cedidos generosamente por Dª. Isabel
Dominguez Elias y su esposo.

ANECDOTARIO
El día 3 de
noviembre, el Cabo Machichaco abandonó el fondeadero de la ría de
Astillero tras haber cumplido el plazo reglamentario impuesto por la Autoridad
Sanitaria, a consecuencia de la epidemia de cólera que batía en Bilbao. Atracó
en el muelle saliente número 1 de la concesión de Manzanedo (conocido como
tercera machina). Entre otras mercancías, el Machichaco transportaba algo
más de 51 toneladas de dinamita procedente de Galdácano y varios garrafones de
ácido sulfúrico en cubierta. De acuerdo con el Reglamento del puerto de
Santander cualquier buque que transportase dinamita debía efectuar sus
operaciones de carga o descarga en el fondeadero de la Magdalena o al final de
los muelles de Maliaño. Normativa que en opinión de Casado era incumplida
sistemáticamente con la connivencia de todos los responsables en aplicarla. En
el mismo sentido se manifiesta Echegaray:
Lo que ocurría sencillamente es que desde aquel mismo instante había quedado
patente la infracción de los Reglamentos portuarios cometida por parte del
buque, de su consignatario, de la aduana y de las autoridades en general; todos,
absolutamente todos, eran culpables por imprudencia o negligencia -en mayor o
menor grado- y además no tenían noción exacta de lo que estaban arriesgando en
aquellos momentos.
Hacia la una y media de la tarde las autoridades locales
recibieron la información de que se había declarado a bordo un incendio, que se
intentó apagar con los medios de abordo, los de los bomberos (al parecer algo
escasos) y los del gánguil de la Junta del Puerto. Ante la situación, todas las
autoridades locales y técnicos se personaron a bordo, También acudieron a
prestar su ayuda las tripulaciones de los barcos que se hallaban fondeados o
atracados. El vapor correo Alfonso XIII había llegado a Santander el día
anterior y tanto su capitán, Francisco Jaureguizar y Cagigal, como el capitán
subinspector Francisco Cimiano, dispusieron que el vapor Auxiliar nº5,
propiedad de la Cia. Trasatlantica, colaborase en la extinción del incendio.
Embarcaron en el mismo, junto con numerosos tripulantes del Alfonso.
A las cinco de la tarde estallaron las dos bodegas de la
parte delantera. Los edificios de las inmediaciones se derrumbaron, los
cristales de las ventanas de la ciudad se quebraron y cientos de fragmentos de
hierro al rojo salieron despedidos, algunos a varios kilómetros de distancia. La
onda expansiva se propagó por toda la bahía y una tromba de agua se alzó sobre
la orilla arrastrando cadáveres y supervivientes. La magnitud de la explosión
fue tal, que un calabrote (cabo grueso) llegó hasta la localidad de Peñacastillo,
a 8 kilómetros de distancia, y mató a una persona. Provocó la muerte
de alrededor de 600 personas y dejó heridas a más de 2.000 -en aquel momento
había 50.000 censados en la ciudad-.
Florencio, Rita y su pequeña hija que contaba con 1 año y
medio vivían cerca del puerto y un fragmento grande de hierro del barco entró
por la ventana y cayó al lado de la niña que estaba jugando en el suelo. La
pequeña Rita se salvó de milagro. Florencio rotuló con todo cariño el
fragmento y se ha conservado en la casa de sus descendientes hasta que en el
verano de 2007, Javier Elías Martinena lo donó al museo marítimo de Santander,
ya que no se conservaba ningún trozo del barco. Allí está el trozo con el rótulo
colocado por Florencio.
El la edición del 6 de noviembre del periódico EL DÍA, en la
relación de cadáveres identificados aparece "Asunción Martinena". No hemos
obtenido más datos