TAFALLA RAMA PROCEDENTE DE LASA DESCENDENCIA DE TOMÁS DESCENDENCIA DE MARCELO DESCENDENCIA DE ESTEBAN ANSELMO MARTINENA HERNÁNDEZ
Sus primeros años los vive en la ciudad de nacimiento, en la calle Mayor número 16, una vivienda propiedad de su abuela materna, Rufina, en cuyos brazos aparece en la foto de la derecha. En la foto izquierda, está en brazos de su madre.
En la capital maña pasa la guerra civil, pletórica de impresiones confusas, con un frente que estaba demasiado cerca. Los bombardeos, los inevitables traslados a los refugios, los rumores de la represión, los oficiales alemanes que se alojaban en el último piso de su colegio y les tiraban aquellas cajetillas de hojalata, vacías de cigarrillos, y algunas visitas de sus primos, voluntarios requetes, aderezado todo con una sensación de miedo indefinida pero real, palpable. Ayer se llevaron al del segundo, oía murmurar a sus mayores. Su padre duerme en el colegio de los escolapios para evitar que lo encuentren. Y sobre todos los sentimientos, el hambre, omnipresente, aunque mitigada por aquellos paquetes que llegaban de Tafalla, enviados por sus tías maternas. Mientras, en el colegio le imbuían con letrillas pegadizas la ideología de los vencedores: "Carlos V, Carlos V, / emperador español, / en el alcázar de Toledo, / no entraron los rojos, no / Milicianos a millares / Madrid contra ti mandó / Cuatrocientos hombres los frenaron / son castellanos de pro" Pero el destino le guarda aun una carta más aciaga. En pleno verano del 38, a la vuelta de unos días en Navarra, su madre fallece en una agonía dolorosa. Presumiendo la proximidad del final, Concha quiere hablar con su hijo mayor y en una exhortación dramática le pide que cuide de su hermano, una petición que Anselmo tendrá presente siempre. En plena guerra civil, muere Concepción entre gritos meníngeos. Su hijo Anselmo aun no lo sabe. Su tío Julio viene desde Tafalla y se lo lleva con él. Cuando salen de la casa, Anselmo ve que la peluquería de su tío Teodoro, sita en la misma calle, está cerrada y tiene un cartel: "Cerrada por defunción". Se extraña pero no llegar a adivinar el sentido de aquel anuncio. Días más tarde se enterará de la muerte de su madre, durante su estancia en la ciudad navarra, por un desliz de su primo Carmelo.
En
materia de religión, su padre agnóstico convencido le obligaba a ir a misa los
domingos y Como puede comprobarse en la foto del margen izquierdo hace la Primera Comunión.
Le gustaba leer
novelillas de la colección "Hombres audaces" que cambiaba en librerías
y kioscos de segunda mano.
Abandonó pronto los estudios, a los 14 años y eso a pesar de que durante algún tiempo colaboró en la enseñanza de las matemáticas en una academia privada. Quería empezar a trabajar y ganar algo de dinero, nada extraño en la España de los 40. Empezó en la camisería en la que trabajaba su padre, frente a la Audiencia, pero algún malentendido con los cambios le invitó a cambiar drásticamente de actividad, comenzando un pequeño peregrinar por distintos puestos. La pastelería Claveleria y aquellas mangas de nata y crema de la que en alguna ocasión realizó cata, o algunos años como oficinista en la Delegación de Hacienda, aprovechando que siempre se le dio bien la aritmética, fueron parte de esos trabajos. Por aquel entonces comenzó a salir con Isabel Ubez, que vivía en la calle Belchite número 30. Era su primera relación más o menos seria con solo 16 años. Se prometían amor eterno en la eternidad de sus paseos por el parque del Cabezo y sabían a ciencia cierta que nada ni nadie lograría jamás separarlos, y así fue, en los dos años que duró la relación. Con ella conoció en carne propia la estricta moral pública que imperaba en España y algún domingo sufrió el castigo de barrer el parque por cometer el atrevimiento de ser "novio bufanda", ingenuidad de llevar a la chica bajo el brazo. Desde la muerte de su madre las cosas en casa iban a peor. Ya no llegaban los refuerzos del campo tafallica, vivían buena parte del tiempo en casa de su tía Mercedes, y la penuria se palpaba en todos los rincones. La relación con su padre era la propia de aquellos tiempos, casi victoriana. En cierta ocasión, de nuevo con sus compañeros de la calle San Pablo, decidieron aventurarse a robar patatas en un campo que alguno de ellos conocía. Esta vez la expedición fue todo un éxito y no hubo que refrescarse el trasero para continuar. De alguna forma orgulloso, subió las escaleras portando un buen saco de patatas requisadas por su juventud y certero de que mejorarían las escasas viandas de las que se componían las cenas. Temeroso pero a la vez ufano de su hazaña mostró a su padre el fruto de su correría. Esteban lo miró fijamente a los ojos y le preguntó su procedencia. No había escapatoria, era preciso decir la verdad. Conocida esta su padre le obligó a devolverlas. Por contraposición, Anselmo recuerda con alegre nostalgia aquella vez que su padre se digno acercarse al bar cuyo propietario era el padre de uno de sus amigos, y tomar unos vinos confraternizado con los asiduos parroquianos del lugar. Contamos estas anécdotas en la creencia de que ayudaran a configurar el perfil de nuestro joven Anselmo. Inquieto y profundamente insatisfecho del futuro que podía esperar si se quedaba en aquel sitio. Soñaba con escapar no sabía muy bien a dónde, ni cómo. Finalizada la guerra con la derrota del Gobierno legal, en las grandes ciudades de España no eran infrecuentes manifestaciones de exaltación de bando ganador, cuyos integrantes se paseaban insolentes y altivos pos sus calles convencidos del derecho que la victoria les otorgaba. Si algún cuerpo destacaba en estos comportamientos este fue el de la Legión, cuyas acciones fueron llevadas al grado de leyenda por la propaganda del régimen y sus integrantes engrosaron una buena parte del nuevo Olimpo mitológico de los rebeldes. Nada se conocía, ni se quería conocer, de las atrocidades perpretadas por aquellos hombres sin futuro sometidos a una disciplina sin lógica. Para un adolescente inquieto, aquellos hombres que desfilaban alimentaban la imaginación de un paraíso de aventuras y héroes como los que forjaban el argumento de sus novelas preferidas.
Aunque "La Legión" se crea, por Real Decreto, el 28 de enero de 1920 se considera que el 20 de septiembre de 1920 es la fecha de nacimiento ya que fue ese preciso día cuando se alistó el primer legionario. Durante la guerra civil La Legión alcanza el máximo de sus efectivos con 18 Banderas (unidad tipo Batallón). Finalizada la misma, La Legión retorna a África y queda organizada en tres Tercios: el 1º en Tauima, el 2º en Riffien y el 3º en Larache. En 1943 se les asigna los nombres de “GRAN CAPITÁN”, “DUQUE DE ALBA” Y ”DON JUAN DE AUSTRIA” respectivamente. El 1º Tercio estaba compuesto por cinco Banderas y el 2º y 3º por tres. En 1947, cuando Anselmo se alista, la estructura orgánica se unifica a tres Banderas por Tercio. A pesar de la oposición familiar, Mercedes consigue una carta de recomendación para su sobrino. La realiza el comandante Manuel Villanueva para su homólogo en La Legión, el comandante Rojo. El día 5 de mayo de 1947, en el Banderín de Enganche de Madrid, sito en el barrio de Vallecas, Anselmo ingresa en la Legión, concretamente en el Tercio Gran Capitán. Su hoja de servicios dice al respecto que "... previa declaración de utilidad en el reconocimiento definitivo sufrido a su incorporación, fue dado de alta.". A tenor de la descripción que él hacia posteriormente consideramos que la elección de verbo sufrir es la más adecuada. "Pelada al cero, mal rancho y peor alojamiento, y a esperar hasta que se formara la siguiente expedición". En los días que pasa en Madrid, visita a su prima Amparo Martinena Muro y a su marido Julián González. Finalmente lo envían al Tercio junto con dos cabos reenganchados, el 11 de Mayo, en el tren que hace el trayecto Madrid-Málaga y que tarda casi 48 horas en cubrirlo. En nuestra vida, a lo largo de los años vamos acuñando frases Del 47 al 53 El año 1953 es un año decisivo en su historia personal. En abril inicia el curso de Cabo 1º que aprueba, comunicándoselo a su padre. Este convalece en el Sanatorio de Pamplona y recibe la noticia con entusiasmo. Será una de las últimas buenas nuevas. El imparable avance de la tuberculosis que sufre produce su fallecimiento en Junio de ese mismo año. Anselmo no puede ir al entierro, a pesar de haber solicitado un permiso que se le deniega. El 11 de Junio se produce el óbito de Esteban y el 24, Anselmo, inexorablemente, debía tomar posesión del nuevo empleo en Larache. El 16 de octubre finaliza el compromiso de permanencia por un año que había firmado en 1952. El día 26 se licencia y vuelve a Zaragoza y a Pamplona. En Zaragoza asiste al funeral de su abuela Juana y se traslada a Pamplona para ver la tumba de su padre. Allí consigue hablar con el sacerdote que asistió a su padre quien le comunica la profunda impresión de honestidad que le transmitió este en sus últimos momentos. Su hermano Eduardo se ha ido a Barcelona en busca de trabajo, pero las informaciones que le aportan Mercedes y Juanita sobre el estilo de vida que lleva le dejan intranquilo. No podía permanecer impasible ante aquella situación. Eduardo tiene solo 19 años y él, Anselmo, es la única familia directa que le queda. Las últimas palabras de su madre reverberan en su mente. Escribe a Eduardo y le ofrece la posibilidad de irse con él a La Legión. El 31 de octubre se reengancha en el Tercio Alejandro Farnesio 4º de la Legión de Villa Sanjurjo, incorporándose a la 16ª Compañía, conocida como Agrupación Mixta. Su decisión de reenganche en ese Tercio no es arbitraria. En el Tercio de Larache, donde estaba previamente, deja demasiados asuntos abiertos, pero considera que Villa Sanjurjo (actual Al-Hoceima) es una ciudad más adaptada a las presumibles necesidades de su tato. La elipsis anterior puede traducirse como una ciudad "menos golfa". Eduardo acepta y gracias a la intercesión de un sargento amigo del Banderín de Madrid consigue que éste sea destinado al mismo acuartelamiento que él. A principios del 54 ambos hermanos se reencuentran en Villa Sanjurjo y se inicia un intensa relación que duró más de tres años. .....
En 1955 conoce aDolores Padial Mata Se casan en Larache en 1958 En 1959 lo destinan a Caastillejos y en 1960 a Ceuta |